domingo, 23 de septiembre de 2012

Hoy

Hoy, he decidido luchar.
Cuando tenga 50 años y mire atrás no tendré clavada en el corazón la duda de qué hubiera pasado si al menos lo hubiera intentado.
Porque hoy doy todo por el baile, hoy saco tiempo de donde no lo haya, hoy mi día tiene 26 horas, porque ¿Qué menos que dejar que la música se apodere de mi al menos 2 horas?
Camino por la calle con los auriculares llenos de vida, aguanto mis ganas de sustituir caminar por bailar y es que cada base, cada 8, me llega al alma.

Da igual hacerlo mejor o peor, cuando salga de la clase lo único que necesito es saber que lo he dado todo y que hoy bailé mejor que ayer y mañana volveré a superarme.

Porque hoy no importa si debería estudiar, o si me enfadé con alguien, o si llevo un mal día, o cualquier cosa, porque cuando atravieso la puerta de la escuela las cosas se quedan fuera.. Caliento, estiro y comienzo a aprender la coreografía que me evadirá de aquello que me preocupe al menos durante la clase.

Y es que hoy me enorgullezco de mí, hoy sé que lo estoy haciendo bien y que me esfuerzo por acercarme cada vez más a aquello que amo.
Porque cuando todos me digan que no puedo, que no consigo nada bailando y me den mil razones por las que dejar el baile, seré fuerte y me plantaré haciendo ver que en realidad me importa, que quiero luchar hasta el final, hasta ver con mis propios ojos que debo abandonar...
Pero hasta entonces aquí estoy, contra viento y marea disfrutando de cada coreografía.

Porque hoy bailar me hace feliz.


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